domingo, 27 de marzo de 2011

Huejotzingo, Puebla











































HISTORIA DEL LUGAR
En la época prehispánica el señor de huejotzingo ocupo una tierra muy extensa a lo largo de la Sierra Nevada, colindaba en el norte con Texcoco, por el noroeste y oriente con el señorío de Tlaxcala, hacia el sureste con Cholula y por el sur hasta el Valle de Atlixco lindando con Tetimehuacan, Huaquechula y Ocopetlayuclan-Tochimilco. El arribo de los españoles al área le dio la oportunidad a los huejotzincas de librarse de sus opresores en aquel momento los mexicas. Esta participación y el elevado número de habitantes con el que contaba hicieron de este señorío uno de los lugares estratégicos en las labores de evangelización del nuevo mundo.
Los primeros evangelizadores recurrieron a diversos métodos para la nueva implantación de procesiones, tanto culturales como religiosas, por ejemplo a derrotar a los antiguos teocallis, a congregar a la población en nuevos agrupamientos, al instruir a los niños de la nobleza indígena y gente común, a construir conventos e iglesias y organizar a los indígenas en confraternidades para hacerlos propagadores de la moral cristiana, y de esta manera facilitar los procesos de difusión de dogmas.
Capillas Posas, San Miguel Huejotzingo, Puebla
Este majestuoso Convento Fortaleza del SXVI (1529-1550) bajo la advocación de San Miguel Arcángel, está construido en un valle a los 19°9'de Lat. N. y 0°43' Long. E del Mer. de Méx., a 2,291 Mts. S. N. M. En las faldas Occidentales de los volcanes Popocatépetl e Iztacihauatl, con un clima templado y saludable.
Por la belleza y armonía de todo el conjunto, de éste convento, todos los autores coinciden en que los planos fueron de Fray Juan de Alameda y el que terminó la construcción fue el arquitecto Toribio de Alcaraz.
Durante los años de 1544 a 1555 se fabricó la plataforma artificial en la que se desplanta el conjunto religioso, los muros y bardas Atriales, los ingresos a éste, las Capillas Posas, la portada de "Porciúncula" y la portería al convento.
De 1548 a 1560 se construyó el convento y sus anexos al igual que la portada principal del templo, cuya edificación se inició por el año de 1550 terminándose hasta el año de 1571.
Por un bello pórtico, de tres arcos historiados y después de subir diez escalones de piedra penetramos al amplísimo atrio, construido sobre una plataforma artificial, de 120 MT. Por lado ocupando así una superficie de 14,400 M2.
La entrada principal rompe la barda que rodea totalmente el atrio y que está coronada por merlones; ésta entrada esta formada por tres arcos de medio punto y unas esbeltas columnas, cada uno de los tres arcos tiene distinta ornamentación; el primero luce la cardina, o sea, la vara enlistada cuya representación era normal en las construcciones del SXVI. El arco central presenta en sus caras en bisel unidas al centro por un baquetón. Su arquivuelta está compuesta por dos secciones ornamentadas: una decorada por medio de una guía floral que se repite al reverso y la otra con rosetones que se alternan con perlas isabelinas. El tercer arco ostenta una ornamentación de pequeñas flores que semejan rosas.
Los arcos están sostenidos por cuatro columnas cuyos capiteles repiten la molduración de sus bases; además las columnas no se angostan en el fuste; su cuerpo cilindrico es parejo, cosa poco usual. Las columnas de los extremos quedan empotradas en la sección del muro y tienen como remate unos merlones y todo el conjunto se encuentra rematado por una pequeña cruz sobre una peana en forma de frontón roto.
Existen otras dos entradas; una en el centro de la pared norte, que está compuesta por dos arcos de medio punto y sus columnas son similares a las de la entrada principal; pero en menores dimensiones, más sencilla y sin ornamentación; la entrada de la pared sur esta casi destruida y por lo que queda de sus columnas parece que fuera igual a la de la pared norte.
En centro del atrio se encuentra una cruz atrial; desdichadamente no es la original, ( la original está en el jardín de la población, ostentando en su cuerpo y sus brazos los símbolos de la pasión; la escalera, la esponja, lanza, dados, etc.) la que encontramos actualmente, es muy artística se compone: el pedestal figura la corona de espinas y la cruz está formada por ramas nudosas sobre las cuales aparecen las llagas de Cristo, tiene además una pequeña cartela con una ornamentación de motivos vegetales.
A lo largo de los muros del atrio, quedan restos de un " Vía Crucis", que por su composición y ornamentación parece fue pintado en el SXVII.
Justino Fernández, hace una descripción muy significativa de este atrio:



"Las capillas posas en sus cuatro ángulos conmueven, pues se encuentra uno en un ambiente propicio para la contemplación y frente a unas obras de arte arquitectónico genuino".
Las cuatro capillas tienen, la misma composición y dimensiones, 5.40 Mts por lado y la variante son los símbolos pasionarios que portan los ángeles que están colocados en las enjutas, son de gran tamaño y magnifico diseño y servían como audiovisual para la catequesis. De cuerpo cubico, totalmente de piedra, en cada capilla se abren los dos arcos ligeramente rebajados. Su arquivuelta esta constituida por un haz de molduras.
Los arcos descansan sobre "haces" de columnillas gotizantes, de fuste liso. El capitel y las basas de éstas se encuentran decoradas con perlas ¡sabelinas. Esta misma decoración se repite en el interior. Las jambas son lisas, sin ornamentación, su alfiz está formado por una representación del cordón franciscano. Las borlas que rematan el cordón siempre están del lado izquierdo; este cordón rodea el arco.
En el centro de este alfiz y sobre el arco está un escudo, en forma de cartela, con los anagramas de Jesús y de María. Sobre éste una cruz y arriba una corona imperial.
Dentro del mismo alfiz, sobre las enjutas del arco están realzados dos ángeles volátiles con sus alas extendidas, que tienen los instrumentos de la pasión.
Arriba del alfiz, en el friso hay cuatro escudos franciscanos y su chapitel esta rematado por una cruz.
Siguiendo el orden procesional, la primera capilla está dedicada a " San Juan Bautista" un ángel lleva una ánfora de agua, para recordar el agua que Poncio Pilatos utilizó para lavarse las manos (Mateo 27-24), el otro ángel tiene una linterna, que alumbró a Cristo cuando lo aprendieron (Juan 18-3).
En la otra cara de ésta misma capilla, un ángel lleva la lanza y la esponja (Marcos 19-34).El otro ángel lleva la copa de hiél y vinagre (Juan 19-29) y el otro ángel el guante con que Jesús fue golpeado (Juan 18-22).





En la segunda capilla, dedicada a "Santiago Apóstol", los ángeles llevan unas trompetas que sonarán el día del juicio final
En la otra fachada el ángel lleva las monedas con que le pagaron a Judas su traición (Mateo 26-14). El otro ángel porta la espada de San Pedro (Juan 18-10).
La tercera capilla está dedica a "La Asunción". Un ángel tiene el látigo y una mazo (Juan 19-1). El otro ángel carga la columna de la flagelación y un gallo (Juan 13-38). En la otra fachada, un ángel lleva la corona de espinas (Mateo 27-28).
Las fachadas de la cuarta capilla dedicada a "San Pedro y San Pablo" fueron brutalmente destruidas en el movimiento revolucionario y solo queda el alfiz.
En opinión de varios autores, estas capillas posas y las de Calpan son únicas en cuanto a los estilos empleados, pero su mayor influencia es; "Mudejar".
El Atrio tiene cuatro elementos principales:
1-Gran patio o arco amurallado con arcadas monumentales en sus accesos cerca del centro de uno o más muros circundantes.
2-Una capilla adecuadamente provista para la celebración de misa. Que permita que la congregación reunida presencie el culto desde afuera (la llamada capilla abierta)
3-Pequeñas capillas secundarias, en las esquinas del atrio, que reciben el nombre de capillas posas.
4- Una gran cruz de piedra al centro del atrio o frente a las portadas.
El atrio se eleva por la puerta oeste, formada por tres arcos. El atrio fue construido sobre una plataforma India antigua y tiene un cuarteto de capillas posas que es uno de los pocos que permanecen intactos en México. Ellos están coronadas por un techo piramidal distintivo y un complejo programa escultórico diseñado para enlazar la historia cristiana con el fin de Franscican. Todas las fachadas tienen un formato común con la técnica de tallado tequitqui de relieve plano y biselado, pero tienen diferentes motivos iconográficos en función de los ángeles pasionarios.





LA FACHADA DE LA IGLESIA
La elegancia de esta fachada totalmente de piedra consiste en su simplicidad y sus proporciones; está dividida en dos niveles y tres ejes verticales; un gran paño liso flaqueado por dos contrafuertes esquinados y dividida en su parte media por un paso de ronda, a lo largo del cual corre un cordón franciscano y que continúa después de atravesar los contrafuertes.


Como remate, el pretil de la azotea tienen unas almenas únicas en su diseño de pirámides truncadas y con una aspillera alargada en su centro, mismas que recorren toda la construcción.
El convento de Huejotzingo es una de las joyas del país, a decir Eloísa Vargas Lugo en su libro, Las Portadas Religiosas de México, su iglesia tiene dos portadas únicas: la principal tiene arco cenopial lobulado, y abocinado, de rosca lisa, enmarcado dentro de una especie de alfíz formado por columnas laterales muy altas, delgadas y estriadas, de gusto gótico. El fuste parece continuar y ondular en el entrados del arco, sobre el cual se encuentran siete medallones con anagramas y una molduración formada por el cordón franciscano; la cornisa es tan alta que sirve como base para la ventana del coro con arco de medio punto y un marco modulado; en lugar de vidrios unas finas placas de alabastro, proporcionan una luz velada al coro ; toda esta fachada está formada por bloques de cantera rosa. Casi a nivel de piso tiene dos pequeñas hornacinas sobre unas bases lisas.
Como remate de la cornisa, unos pequeños estípices y sobre estos, dos escudos franciscanos, el tercer cuerpo es totalmente liso.
Una pequeña torre de construcción posterior se levanta en el ángulo suroeste del templo; en el lado opuesto está la pequeña espadaña del SXVI, formada por un vano de medio punto y en centro la campana; la cornisa de la espadaña está rematada por dos extrañas ménsulas invertidas.
Otro de los detalles únicos de este conjunto arquitectónico es que el cordón franciscano aparece tres veces en una sola portada; a la altura de los capiteles, en donde el cordón forma una especie de tablero; después enmarcando como alfiz la ventana coral y por último como ya se mencionó en el paso de ronda
La iglesia ocupa una superficie de poco más de mil metros cuadrados, sus gruesas paredes están formadas con piedras irregulares y como característica tiene tres contrafuertes en cada una de sus paredes laterales; en el ábside tiene cuatro y los dos ya mencionados en su fachada, estos en un ángulo de 45°.


Siguiendo con la fachada, tenemos que la entrada al convento se hace a través de la portería. Esta presenta planta rectangular, sobre la que se alzan los muros que la conforman y techo es de viguería.
Sobre un paño rehundido, la portería se abre al atrio por medio de dos grandes arcos de medio punto, delimitados por un recuadro en forma de alfiz. Los arcos presentan diferente composición ornamental en su arquivuelta. La de la izquierda luce la doble cadena de estrangulados eslabones, en tanto que la del lado derecho está ornamentada por un angosto baquetón que sirve de marco a los grandes rosetones sucesivos. La decoración de ambas arquivueltas se une en el centro dando la impresión de una línea curva.
Los dos arcos concurren al centro, apoyándose sobre un gran balaustre con dos astrágalos en la parte media del fuste que está ornamentado con formas flamígeras, especie de estrías encontradas y líneas entrelazadas que semejan formas de cestería. El capitel está ornamentado con formas vegetales muy estilizadas, que recuerdan hojas de acanto; éstas dan la sensación de prolongarse, en forma de guía, para terminar en unos pequeños roleos.
En los extremos, los arcos se apoyan sobre medias muestras, de fuste liso y basa ática. Su basa y capitel es moldurado y ornamentado con perlas isabelinas.
De la portería se pasa al vestíbulo, a través de una pequeña puerta, que se abre hacia la portería por medio de un sencillo arco conopial. En el vestíbulo, en el lado derecho se abre la puerta que comunica a la capilla de la Tercera Orden.
La puerta está conformada por un arco ligeramente rebajado que descansa sobre anchas jambas. Sobre el dintel y a manera de frontón roto, corre una moldura, en cuya parte central se encuentra el emblemas de los terciarios rodeado por el cordón franciscano, la capilla fue desmantelada y solo se aprecian unas pintura murales.
En el testero meridional se encuentra la puerta que conduce al claustro Esta es muy sencilla, pues se encuentra encuadrada solamente por el cordón franciscano que está dispuesto en forma de alfiz".
Una característica de las construcciones religiosas del SXVI, es su orientación, hacia el oriente, así que en el lado izquierdo de la nave que mira al norte está la puerta lateral, que en





las construcciones franciscanas recibe el nombre de "Porciúncula", en recuerdo de la primitiva iglesia de San Francisco, en Asís; esta puerta se abre una sola vez en el año; el día primero de agosto a las 12:00 horas del día y se cerraba a las 12:00 horas de la noche del día dos; las personas que entraban al templo por esta puerta ganaban Indulgencias Plenaria bajo las condiciones acostumbradas.
El segundo cuerpo es más alto que el primero, aunque nunca se concluyó. Un nicho de medio punto, limitando ambos lados por haces de columnillas muy gotizantes, es lo único que se hizo, como remate tiene unos adornos llamados "Quiotes" (del nahuatl-quiyotl = tallo bordo del maguey), varios autores coinciden en que esta segunda parte es un añadido posterior y no tiene relación con la magnifica talla en la que el juego de luz y sombra están perfectamente graduadas.
Sala de Profundis Exconvento Sn Francisco de Huejotzingo
"De Profundis Clamavi Ad Te Domine" (De lo profundo clamo a ti Señor) De aqui el Nombre de esta sala.
Sobre la Puerta "Los Doce Primeros Franciscanos" que llegaron a México
Fray Martín de Valencia.
Fray Francisco de Soto.
Fray Martín de Jesús o de la Coruña.
Fray Juan Suarez.
Fray Antonio de Ciudad Rodrigo.
Fray Toribio de Benavente (Motolinia).
Fray García de Cisneros.
Fray Luis de Fuensalida.
Fray Juan de Ribas.
Fray Francisco Jiménez.
Fray Andrés de Córdoba.
Fray Juan de Palos (lego).
En la sala de profundis hay una célebre pintura al fresco, con las figuras de los primeros 12 franciscanos que llegaron a la Nueva España en 1524, encabezados por fray Martín de Valencia.

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